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Creación de un conjunto de características: Cómo convertir una idea de aplicación en un producto

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Una de las partes más importantes del éxito de una aplicación es su conjunto de características. El conjunto de características nos ayuda a poner en marcha nuestras ideas para el producto final; es el primer paso para crear un esqueleto sólido para la aplicación.

El desarrollo de aplicaciones móviles es un proceso que requiere modificaciones y evoluciones constantes. A veces, nuestra idea inicial puede resolver un problema totalmente distinto, sobre todo a medida que evoluciona durante las distintas fases de planificación.

Imagen de la aplicación de Airbnb en iPhone.

En Juice Studio, fomentamos debates estimulantes en los que los productos se analizan, se perfeccionan y se mejoran.

Conjunto de características: Qué es y por qué es importante

Un conjunto de características es una descripción de alto nivel de las funcionalidades que se quieren incluir en una aplicación. Es una cantidad de información que demuestra que ciertas características son necesarias para resolver el problema del usuario.

Por ejemplo, si alguien necesita consultar el tiempo en el móvil, la solución obvia es desarrollar una aplicación meteorológica. Para que esta aplicación resuelva el problema del usuario, tiene que incluir la función de ver la previsión diaria e información sobre la temperatura, la humedad, los niveles de precipitación y las tormentas que se avecinan. Integrar el GPS tendría más sentido, ya que los usuarios suelen querer consultar el tiempo que hace en su localidad.  

Un conjunto de características no debe consistir en una lista de ideas aleatorias ni plantearse sin una ruta clara. Se necesita una hipótesis en torno al conjunto de características que aportará un valor real al mercado.

La realidad de crear un producto

El objetivo número uno es construir un producto que los clientes puedan y quieran utilizar. Nuestra idea no tiene por qué ser revolucionaria ni aportar un valor desmesurado a nuestro público.

Para nosotros no es prioritario ser creativos: las limitaciones del software, el hardware y las prestaciones son comparables a las del usuario. Nuestras interacciones en el teléfono son las limitaciones que nos permiten ser creativos en primer lugar.

Hay muchas ideas en el mundo cuya mejor solución es un formulario de Google, una web o una newsletters. Product Hunt comenzó como una newsletter en 2013 donde una comunidad muy unida compartía los próximos productos. Cuando el fundador se dio cuenta del potencial, creó un plan más práctico y convirtió Product Hunt en lo que conocemos hoy.

Imagen de un iPhone en las manos de una persona.

Ten en cuenta que tenemos que escalar a cientos, miles e incluso millones de personas; nuestro producto tiene que hablarles a nivel personal. Si alguien ya está comprometido con una aplicación, no va a utilizar otra que muestre características idénticas. En última instancia, el objetivo es que los usuarios prefieran nuestro producto al de la competencia. 

Prioridades a tener en cuenta

La arquitectura de la información es el diseño estructural de entornos de información compartida. Se centra en organizar, estructurar y etiquetar el contenido de forma eficaz y sostenible para ayudar a los usuarios a encontrar información y completar tareas.

La arquitectura de la información ayuda a crear una mejor experiencia. Requiere que construyamos y entreguemos nuestra información de forma que el usuario sienta que su problema está resuelto: nuestro producto le ha dado la cantidad perfecta de contenido que necesita. 

La arquitectura de la información tiene prioridad a la hora de crear un buen conjunto de características, ya que es más útil para que los desarrolladores y diseñadores se inspiren. Elimina conocimientos superfluos que no pueden ser beneficiosos para el usuario y conserva los detalles necesarios que sí lo son.

El esqueleto debe redactarse desde la perspectiva de cómo afectará al usuario el conjunto de características, así como muchos otros elementos técnicos. La responsabilidad de los desarrolladores es averiguar si parte de la propuesta de valor es la tecnología que utilizamos.

Si un hipotético conjunto de características implica blockchain, sería útil incluirlo en un conjunto de características, ya que forma parte de la propuesta de valor para el usuario. Si sólo se trata de una característica miscelánea que casualmente está en la plataforma móvil y web, entonces la tecnología no es tan crucial, o simplemente al usuario no le importa lo suficiente como para que merezca la pena.

Pasos prácticos para un nuevo conjunto de características

En primer lugar, debemos pensar en el problema que intentamos resolver y construir todo a partir de ahí. Para ello, hay que trabajar hacia atrás desde una mentalidad que tiende a centrarse más en la razón por la que se quiere crear la aplicación.

Apartar la atención de la razón y dirigirla hacia el problema nos permite completar la imagen. Un conjunto de características que empiece por abordar el problema mostrará adecuadamente todas las piezas necesarias que encajan, así como los niveles de complejidad que conforman el ADN.

El proceso lento y constante

Hacer frente a las reacciones negativas

Es importante recordar que el objetivo es resolver un problema y construir un negocio duradero.

No todas las ideas de aplicaciones llegarán lejos en el proceso real, incluso con mucha pasión y entusiasmo para apoyar su crecimiento. Al mismo tiempo, puede haber varias razones válidas que nos hayan llevado a llegar a cualquier característica. Entonces, ¿cómo llegar a un punto que sea bueno para todos?

Imagen del post sobre Aumentar seguidores en Instagram: Cómo elegir una plataforma y dirigirte a tu público

No está de más dar un paso atrás, recortar el exceso y revisar una idea del mismo modo que se hace cuando se escribe un ensayo o se rueda una película. Siempre habrá contenido que deba recortarse o revisarse, sobre todo si queremos cincelar nuestro esqueleto para convertirlo en el mejor producto posible.

Al fin y al cabo, siempre debemos pensar en cómo podemos beneficiar al usuario y no en cómo vamos a conseguir un determinado objetivo para nuestra idea: las necesidades del usuario son lo primero, y nuestros objetivos personales son secundarios.

Desarrollar el conjunto de características independientemente de las consideraciones UX/UI

A menos que la interacción sea una parte fundamental de la propuesta de valor, es más sensato desarrollar un conjunto de características sin tener en cuenta la UX o la UI. Tinder es un buen ejemplo de una aplicación que necesita elementos de UX/UI incorporados a su conjunto de características; su mecanismo de deslizamiento es la principal característica que la gente utilizará. Pero si nuestro esqueleto consiste principalmente en introducir información y recibir algo a cambio, lo mejor es invertir más en funcionalidad.

Limitaciones de los móviles

Por muy avanzados que estemos tecnológicamente, existen limitaciones móviles que ralentizan nuestro progreso.

Digamos que queremos enviar mensajes de forma inalámbrica. Nuestro teléfono puede enviar datos sin conexión a Internet, pero nosotros, ambiciosamente, queremos incluir fotos y archivos adjuntos adicionales. La funcionalidad es limitada para eso, así que cuando alguien afirma que dos iPhones pueden hablar entre sí sin LTE ni Wifi, hay que reconocer que sigue habiendo limitaciones tácitas.

Experimentación para nuestro conjunto de características

Preguntas para nuestro MVP

Un Producto Mínimo Viable (MVP) nos permitirá analizar en profundidad las preguntas directamente responsables del esqueleto de nuestro producto. ¿Mejora nuestro producto la vida del usuario? ¿Les ahorra tiempo y dinero? ¿Estará dispuesto el usuario a renunciar a otra cosa para utilizar nuestra aplicación en su lugar?

Imagen de una aplicación móvil sobre motocicletas en las manos de un usuario.

Como es posible que no hayamos tenido la oportunidad de probar nuestro producto, todas estas preguntas existen como suposiciones básicas. Durante el proceso de experimentación, es importante incluir métodos más sencillos para poner a prueba nuestra hipótesis y excluya los detalles que no lo hacen. 

Pruebas de hipótesis

Comencemos nuestras pruebas entrevistando a los usuarios e identificando los problemas que les gustaría ver resueltos. Debemos plantear nuestras preguntas de forma que nuestras palabras se refieran al producto, y comprobemos si nuestra idea puede resolver algún problema real que pueda tener la gente.

Una vez que hayamos elaborado los primeros wireframes o prototipos, volvamos a hablar con los mismos usuarios (¡o con otros diferentes! Es cuestión de cada caso) y observemos cómo responden a nuestro anteproyecto. Debemos determinar si tienen un modelo mental del producto y si saben cómo aporta valor. Es importante comparar su respuesta con su propio modelo mental. ¿En qué medida se parecen?

También podemos profundizar en la interfaz de usuario y realizar pruebas de UX. Tenemos que ver si el diseño de nuestra aplicación móvil está desarrollado de forma que los usuarios puedan entender fácilmente nuestro propósito. Una vez que tenga los principios de un producto vivo, podemos integrar directamente los análisis o comportamientos deseados en la aplicación.

Características como los mapas de calor, los eventos y los embudos son todas objetivas: necesitamos depender de ellas. Hasta ahora todo era subjetivo, pero ha llegado el momento de cambiar de marcha. Este es el primer dato objetivo que recibiremos, y tendremos que saber si la gente está utilizando un determinado producto o no.

Usuarios

Si necesitamos recopilar opiniones aleatorias e imparciales, utilicemos recursos como Craigslist y las pruebas de usuarios. Nuestra era digital nos ofrece la oportunidad de llegar a todo tipo de personas siempre que sepas dónde buscar.

Antes de salir a captar usuarios potenciales, tenemos que saber cómo formular nuestras preguntas para que las respuestas no estén guiadas. Estructuremos cuidadosamente preguntas imparciales para obtener las respuestas que acabarán ayudando a nuestro producto.

Después de desarrollar un prototipo, observemos a los usuarios y cómo su uso se alinea con nuestros objetivos personales de funcionalidad. Tomemos nota de sus comentarios, modifiquemos el prototipo para convertirlo en un producto más aplicable y repitamos el proceso hasta que estemos listos para pasar al siguiente paso del desarrollo de la aplicación.

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